El búho manchado ha servido durante mucho tiempo como una especie insignia para los ambientalistas de todo el país, y el búho manchado mexicano es el residente de edad avanzada más famoso del Suroeste. Desafortunadamente, a finales de la década de 1980, en el apogeo de las operaciones de tala en los bosques nacionales, los biólogos estimaron que solo 2,000 de las aves permanecían en el mundo. El número de especies sigue disminuyendo, ya que continúa perdiendo hábitat debido a la tala, el desarrollo, la minería y los incendios forestales.
La Ley de Especies en Peligro de Extinción está bajo ataque. Por favor, dígale al Congreso que defienda esta ley crucial.
Desde que el búho fue catalogado como amenazado en 1993, más de tres años después de que el Centro solicitara la protección de la especie, los intereses madereros han buscado constantemente socavar su protección. Dos años después de que ganáramos un traje que designaba hábitat crítico para el búho en 1995, una contrademanda de defensores de la madera utilizó un tecnicismo legal para despojar al ave del espacio vital protegido del bosque. Presentamos una demanda de nuevo en 1999, solo para que el Servicio designe hábitat en 2001, que dejó fuera las áreas más importantes para la recuperación de las aves. Finalmente, después de otra demanda del Centro y a pesar de la resistencia del Departamento del Interior, el hábitat crítico del búho se expandió a más de 8 millones de acres. Gracias a la intervención del Centro en un desafío de la industria ganadera de esa decisión, la designación sigue en pie hoy en día.
Además de nuestra larga lucha por un hábitat crítico, demandamos al Servicio Forestal en 1995 por no consultar sobre los efectos de 11 planes forestales regionales en el búho. En 1996, la agencia revisó los 11 planes para incorporar el Plan de Recuperación del Búho Manchado Mexicano, pero se eximió de la tala y el pastoreo en curso, lo que nos obligó a demandar una vez más. Las batallas legales resultantes detuvieron toda la tala en el suroeste durante 16 meses antes de obligar al Servicio Forestal a implementar el plan federal de recuperación. Desafortunadamente, en 2012, el Servicio lanzó un «plan de recuperación» revisado final para los búhos manchados mexicanos que en realidad debilitó las protecciones para el ave establecidas en su plan de recuperación original de 1995.