Si ha invertido en una chimenea de pizarra, querrá asegurarse de que siga luciendo lo mejor posible y eso significa darle un poco de cariño de vez en cuando.
Lo primero que debe tener en cuenta es que la pizarra es una piedra porosa, lo que significa que absorbe la humedad y, por lo tanto, puede mancharse. Limpiarlo regularmente es la mejor manera de evitar cualquier marca permanente, pero si está restaurando una chimenea de pizarra vieja, es posible que tenga un poco más de trabajo por hacer.
Cuando se trata de limpieza regular, la pizarra es simple. Espolvoree la superficie y luego límpiela con una mezcla de agua y jabón suave con un paño suave. Esto debería ser suficiente para eliminar cualquier mugre o suciedad que se haya acumulado. Debe hacer esto al menos cada dos meses para mantener la pizarra en buenas condiciones.
Una vez que la haya limpiado, puede recuperar el color y el brillo naturales de la piedra aplicando aceite de pizarra. Si tiene dificultades para encontrar aceite de pizarra, el WD40 o el aceite de teca pueden funcionar igual de bien. Simplemente espere a que la pizarra se seque por completo, aplique una pequeña cantidad de aceite en un paño limpio y seco y luego frótelo sobre la pizarra con pequeños movimientos circulares.
Debe terminar el proceso puliéndolo con otro paño limpio y seco para eliminar el exceso de aceite y llevar el acabado correctamente.