La invención de la impresión 3D apunta a 2 cosas: reducir el tiempo para obtener la primera versión de un producto y emancipar muchas restricciones que no son posibles con los métodos de producción tradicionales. Por ejemplo, con la impresión 3D, es posible imprimir formas geométricas complejas y piezas entrelazadas que no requieren ensamblaje. También es posible producir objetos individuales, en pequeñas cantidades, a bajo costo y entrega rápida. Esta tecnología también ayuda a reducir las pérdidas de material relacionadas con la producción. Para obtener más información sobre los beneficios de la impresión 3D en comparación con el moldeo de plástico y otros procesos de fabricación, puede consultar nuestra página de comparación entre la impresión 3D y los métodos de fabricación tradicionales.
La impresión 3D puede producir diferentes objetos sin crear herramientas específicas o incluso usar varias herramientas. Así es como la impresión 3D ayuda a aumentar la flexibilidad en el flujo de producción y ayuda a reducir los gastos industriales. Dado que no es necesario construir una línea de producción dedicada, también ayuda a ahorrar tiempo de manera significativa: La impresión 3D nos permite innovar y mecanizar más rápido. Dado que la impresión 3D hace una réplica de los archivos 3D uno por uno, no se pueden realizar economías de escala cuando el mismo archivo se produce varias veces: esto es claramente diferente de los métodos de fabricación en serie que tienen como objetivo producir millones de unidades de los mismos objetos. Por el contrario, la impresión 3D es el método perfecto para las necesidades de personalización y bajo demanda. Hay muchas otras buenas razones para elegir la impresión 3D en lugar de otros métodos de fabricación. Para obtener más información sobre los beneficios de la impresión 3D en comparación con el moldeo de plástico y otros procesos de fabricación, puede consultar nuestra página comparación entre la impresión 3D y los métodos de fabricación tradicionales.
Finalmente, la impresión 3D da a todos el poder de fabricar objetos solo cuando se necesitan o desean. Es un proceso fantástico para los creativos que desean hacer algo con su imaginación. La impresión 3D permite de esta manera a muchas personas producir y vender sus creaciones saltándose las redes tradicionales de edición y distribución. La impresión 3D también es útil para reproducir objetos que ya no están a la venta, por ejemplo, para reparar una bicicleta vieja para la que se han descontinuado las piezas de repuesto.