Por Mara Ratnofsky, DVM
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El hígado es un órgano increíble que lleva a cabo más de 500 funciones vitales. Procesa toda la sangre que sale del tracto gastrointestinal, descompone las toxinas, convierte los medicamentos en formas que el cuerpo puede usar mejor y crea nutrientes. El hígado almacena energía y hierro para su uso futuro por el cuerpo, ayuda a regular la coagulación de la sangre y elimina los glóbulos rojos viejos de la circulación. El hígado segrega sus productos de desecho en forma de bilis, una sustancia que también ayuda a la digestión de las grasas.
Su veterinario puede recomendar un análisis de sangre para comprobar los valores hepáticos de su perro. Esto puede ser parte de una prueba de rutina para obtener una imagen más completa de la salud general de su perro, o su veterinario puede tener preocupaciones sobre la función hepática de su perro. La falta de apetito, los vómitos, el letargo, el aumento de la bebida y la micción, la decoloración amarilla de los ojos o la piel, las convulsiones y la acumulación de líquido en el abdomen pueden ser signos de enfermedad hepática.
A continuación se muestra un desglose de lo que su veterinario está evaluando cuando observa los «valores hepáticos».»
1) Enzimas hepatocelulares: AST (aspartato aminotransferasa) y ALT (alanina aminotransferasa)
AST y ALT son enzimas contenidas en las células hepáticas. Cuando los niveles aumentan en la sangre, significa que las enzimas se han filtrado de las células hepáticas debido al daño celular. La AST se encuentra en las células musculares, así como en las células hepáticas, por lo que una elevación de la AST sin una elevación similar de la ALT puede indicar daño muscular en lugar de daño hepático. Aunque las elevaciones de ALT son específicas para el hígado, hay muchas enfermedades no hepáticas que pueden afectar indirectamente al hígado y causar aumentos de ALT. Por ejemplo, la insuficiencia cardíaca y la inflamación intestinal pueden causar un aumento de la ALT de hasta 4 o 5 veces el rango normal. Incluso una enfermedad dental grave puede causar una elevación de la ALT. En términos de problemas hepáticos primarios, ingestión de ciertas toxinas o inflamación crónica del hígado (debido a una infección, una reacción excesiva del sistema inmunológico, trastornos genéticos, etc.).) tienden a crear las elevaciones ALT más significativas.
2) Enzimas colestásicas: ALP (fosfatasa alcalina) y GGT (γ-glutamil transpeptidasa)
ALP y GGT están contenidas en las células que recubren los conductos biliares, tubos delgados que guían el flujo de bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. Si se bloquea el flujo de bilis, estas células aumentan la producción de ALP y GGT y las liberan en la sangre. Las causas de flujo biliar deficiente dentro del hígado incluyen hiperplasia nodular (una condición benigna de perros mayores), infección abrumadora, tumores cancerosos y anomalías de los vasos sanguíneos. Sin embargo, hay varias formas diferentes de FA en el perro y nuestras pruebas de laboratorio de rutina no pueden diferenciar entre ellas. Los perros menores de un año de edad por lo general tienen un ALP elevado como resultado del crecimiento óseo, ya que hay una forma de ALP asociada con el hueso (B-ALP). Los perros que toman medicamentos con esteroides a menudo tienen una ALP elevada porque hay una forma estimulada por la presencia de esteroides (C-ALP). Estas elevaciones no son indicativas de disfunción hepática. Ciertas razas de perros, como los terriers escoceses, los huskies siberianos y los Schnauzers en miniatura, también tienden a tener elevaciones benignas en ALP. Y al igual que con las enzimas hepatocelulares, las enzimas colestáticas también aumentarán debido al efecto de las enfermedades no hepáticas en el hígado. La pancreatitis, la enfermedad de la vesícula biliar, la inflamación intestinal y ciertas enfermedades endocrinas aumentan la FA.
Otros resultados de laboratorio de rutina también pueden ayudarnos a identificar la enfermedad hepática. Dado que el hígado es responsable de producir albúmina (una proteína de la sangre) y colesterol, un nivel bajo de albúmina o colesterol podría ser el resultado de una enfermedad hepática grave. El color amarillento de los ojos y la piel, también conocido como ictericia o ictericia, puede ocurrir cuando el hígado no está eliminando eficazmente los glóbulos rojos viejos descompuestos de la circulación. Un nivel bajo de azúcar en la sangre puede resultar cuando un hígado enfermo no es capaz de liberar su energía almacenada.
Como puede ver, una elevación en los valores hepáticos no significa necesariamente que haya un problema grave con el hígado de su perro. Su veterinario tendrá en cuenta la raza de su perro, la edad, la historia clínica, así como los medicamentos recientes y los resultados de laboratorio adicionales, para determinar si hay una explicación benigna para los resultados de laboratorio, si es apropiado monitorear los valores hepáticos durante varios meses, o si se justifican diagnósticos adicionales. Los diagnósticos adicionales pueden incluir radiografías, una ecografía abdominal, más análisis de sangre (ácidos biliares, nivel de amoníaco) o una biopsia hepática. En cualquier caso, el hígado tiene una increíble capacidad de regeneración, por lo que la presencia de valores hepáticos incluso significativamente elevados no significa necesariamente un mal pronóstico.